Casi se puede tocar con la punta de los dedos el 2012. En apenas unas horas celebraremos el fin de este 2011 y el comienzo de un nuevo año.
Toca hacer revisión de las cosas hechas y plantearse nuevos propósitos.... pero hoy no lo haré.
Ha sido un año intenso, con grandes noticias como la muerte de Bin Laden, los terremotos de Japón y Lorca, el agravamiento de la crisis económica, el cambio de gobierno,etc, etc.
En lo personal, luces y sombras, sombras y luces.
En lo laboral, acabamos mal el año. Mi empresa entra en situación concursal y el futuro se presenta incierto. Si bien en otras ocasiones, comenzar un año es sinónimo de nuevas motivaciones o retos, en este caso es no saber qué va a ocurrir.
Este año he sentido el calor de los blogs, de la gente que está ahí detrás, cada uno en su pequeño rincón. Hasta la gran Rose me ha entrevistado!
No pido al nuevo año más que salud, que es la clave de todo. El resto vendrá dado, por el esfuerzo, la voluntad, el trabajo, las ganas, la capacidad y por supuesto, la suerte.
Desde mi ventana, os deseo la mayor de las felicidades y que se cumplan todos vuestros propósitos. Nos seguiremos leyendo y seguro que, pese a lo que auguren algunos... no se acabará el mundo, cada día volverá a amanecer.
Cierto, he desaparecido. No voy a justificarme, ni a decir los típicos tópicos. Simplemente he tenido nada interesante que contar, nada que compartir, o bien aquello que sí lo ha sido, no me ha apetecido, no lo sé...
Tengo que volver.
Tengo que volver, porque me gusta escribir. Tengo que volver porque no tengo un número abrumador de seguidores, pero los que tengo son fieles. Tengo que volver, para que mi ventana no quede tapiada en este frío invierno. Tengo que volver ... y lo haré.
Gracias a aquellos que os habéis interesado por mi, por saber si me había ocurrido algo. Ha sido un soplo de cariño que ha entrado por mi ventana y que me ha llenado de alegría. Sorprende mucho descubrir que detrás de una página en la red, puedan existir personas con tan buenos sentimientos, que se preocupan por ti aunque no te conozcan de nada, más que por tus palabras.
No voy a cambiar, no estaré aquí por estar. Sólo compartiré cosas, cuando sean dignas de ser contadas, cuando merezca la pena que os paréis 5 minutos en mi ventana.
I'm back.
Por si acaso... Felices fiestas a tod@s.
P.D: Os aconsejo echar un ojo al vídeo. Este niño es un virtuoso de la guitarra, que tiene millones de vídeos en Youtube, con canciones de todos los colores. Muy, muy recomendable.
Me encantan los viernes, es algo que ya he comentado en
alguna que otra entrada. Sus tardes tienen algo de especial y si son tardes de
otoño o de primavera, mucho más.
Si el final de una tarde de viernes, viene acompañado de una
sesión de cine, o de una charla de café con amigos, un paseo por la orilla del
mar o un concierto de alguien que te gusta mucho, la tarde deja de ser
simplemente especial, para convertirse en inolvidable.
Hace hoy una semana, me senté en mi butaca de la segunda
fila del Teatro Caixanova de Vigo a eso de las ocho y veinte de la tarde.
Faltaban apenas unos minutos para que a 10 metros de mí, estuviese Carlos Goñi,
para que a solo 1.000 centímetros tocase su guitarra y sonase su voz.
No soy un mitómano, la verdad. Puedo cruzarme por la calle
con un famoso y, mientras todo el mundo se gira y comenta, yo lo veo y sigo a
lo mío. Pocas personas pueden fascinarme hasta el punto de provocar cambios en
mi comportamiento. El viernes pasado estaba tranquilo, como siempre, como
siempre desde hace mucho tiempo en cualquier evento al que acuda.
En el escenario apenas había una caja de estilo árabes y un
par de sillas, dos o tres guitarras y unos micrófonos. Un atril bajo que
sostenía el peso de un libreto de canciones de Revólver, de tantas canciones
que uno no sabe con cuál quedarse.
Goñi fue puntual, apenas pasaban unos minutos de las 20.30 y
allí estaba él, saludando, recordando que “hace tiempo que no nos vemos las
caras”. Había salido entre el humo que soltaron durante unos minutos para crear
una atmósfera especial. No era necesario, esa atmósfera la creó Carlos en
cuanto sonaron los primeros acordes de su guitarra.
Había leído y me habían contado que no es cercano, que
incluso llega a ser borde, no lo sé, pero sí que es distante, educado y amable,
pero en la distancia. Es muy profesional, muy perfeccionista y se nota que le
gusta lo que hace, se nota que la música es su vida.
Me gustó el estilo del concierto, acústico, sin nada más que
sus guitarras y el acordeón de Cuco Pérez en algunas canciones. Me gustó que no
hubiese nada programado, sino que las canciones fuesen surgiendo, algo que él
dejó claro cuando comenzó el espectáculo, que las canciones irían surgiendo.
Como ya he dicho, estaba tranquilo, pero en la segunda
canción… se me puso un nudo en el estómago. “Esta noche tengo más de lo normal”…
reconozco que me emocioné. Los ojos se me humedecieron, ya que esa canción me
traslada muchos años en el tiempo y me recuerda a una persona que ya no está,
que hace muchos años que no está. No fue la única canción que me tocó la fibra...
Entre canción y canción, mientras pasaba las páginas del
libreto que tenía delante, nos hablaba, nos contaba cosas, incluso bromeaba.
Nos habló de que su padre dejó a su familia cuando él era
pequeño, para buscar una oportunidad mejor en Venezuela, pero su fracaso
provocó que no regresase y que no volviesen a verle.
Nos habló de su hijo, de 22 años, que ha tenido que emigrar,
para poder buscar un trabajo en la vida. Nos habló de la emigración, de la que
tanto sabemos los gallegos y de la inmigración. De lo hipócritas que somos y de
la poca memora que tenemos. De cómo nos trataron a nosotros y de cómo tratamos
nosotros a los demás.
Nos habló de su madre, de su abuela, de su mundo… Nos
explicó el significado de algunas de sus canciones y así, una tras otra, viejas
y nuevas, se fueron sucediendo durante la noche.
Faro de Lisboa, San Pedro, Eldorado, El peligro, Fuera de
lugar, Esperando mi tren…. Me faltó “El roce de tu piel”, “Calle mayor” o “Los surcos de tu espalda”,
pero en general todos vibramos con el recital, acompañando con nuestras voces,
cada una de esas canciones.
Durante 2 horas y media no pensé en los problemas, en el
trabajo o en las cosas que estaban fuera del teatro, durante más de 2 horas,
sólo disfruté y sentí, consiguiendo salir renovado, una vez finalizó todo.
Se notaba que el público era fiel, que estaba entregado y
Carlos supo reconocerlo, dando lo mejor de sí mismo, de principio a fin.
Lo único que lamentar es la mala educación de los de
siempre, que no paran de hacer fotos, molestando con sus flashes a los artistas
y también a los que estamos disfrutando del espectáculo. Da igual que se les
llame la atención, su falta de respeto es tan absoluta que les da igual si
molestan o no. La tecnología nos ha traído muchísimas cosas buenas, pero
también la demostración de que hay gente que no sabe comportarse en sociedad.
Antes de cada canción, nos explicaba su sentido, o nos contaba una anecdota y daba paso a las primeras notas con un "y esta canción, hace así...". El vídeo que os dejo, por su forma de hablar, por su forma de explicar, es fiel reflejo de cómo es Carlos Goñi, de cómo fue la tarde del viernes pasado, de como se ha hecho un hueco para siempre, dentro de la cajita de mis recuerdos.. Simplemente darle las gracias.
Después de muchos años deseándolo, por fin esta noche voy a cumplir uno de mis más antiguos deseos, poder ver en directo a Carlos Goñi, poder presenciar un concierto de Revolver.
Lo primero que oí de Revolver fue aquel maravilloso Básico del año 93,
qué gran disco!. "El roce de tu piel", "Si es tan sólo amor" o "Dentro
de ti", dedicada a Valencia a dúo con Sole Giménez.
Allá por el 95 (qué gran año), se convirtió en uno de mis grupos de cabecera, comprando sus discos y devorando sus letras, ya que Goñi es uno de los mejores letristas de este país, considerado por muchos como el Springsteen español. El primer disco que compré (un casette), fue Eldorado, con temas como "No va más" o "Si es por ti".
En el 96 llegó Calle mayor, aunque a mi me recuerda más al año 97, a un gran verano, a un mejor otoño y a una nueva persona en la que me estaba convirtiendo. He usado sus letras en cartas de amor, he usado sus canciones como terapia en muchas ocasiones, me he evadido con sus melodías y he aprendido a tocar la guitarra con la motivación de poder cantar alguna vez esos estribillos.
De ese Calle mayor, cómo no recodar "Mi rendición", "Los surcos de tu espalda" o "Ten fe en mí", sólo escribir aquí los títulos, mi piel se pone de gallina y mi mente viaja en el tiempo.
Siguieron pasando los años, los discos, las canciones y llegaron "Faro de Lisboa", "Sara", "San Pedro", "Eso de saber", "Asustando al huracán", "Lo que Ana ve", "Ay, amor", "Lecho de rosas", "Es mejor caminar"... y muchas más.
Revolver ha estado ahí siempre, en mi paso de la adolescencia a la edad adulta, en los primeros amores, en las primeras aventuras con los amigos, en los veranos largos de estudiante, en las noches húmedas y frías del invierno, siempre ahí.
Siempre que ha estado cerca, ha ocurrido algo que me ha impedido ir a verlos, pero hoy, salvo que pase algo en las próximas 2 horas y media (toco madera), hoy es el día.
Para aquellos que os gusta la música y os gusta alguien en particular, sabréis que estas sensaciones son muy especiales y que muchos momentos y recuerdos vendrán a mi memoria.
He conseguido ver a U2, he conseguido ver a Bryan Adams, ahora a Revolver.... de los viejos mitos de mi adolescencia, sólo me queda Bon Jovi, que hoy por hoy no significa lo mismo para mi.
Lo
que Ana ve
Ana tiene un mensaje pintado de azul en el ojo
derecho
Ana tiene un mal día grabado en los labios partidos por cierto
Ana tiene un secreto que no sabe nadie aunque no es un secreto
Y un día cualquiera es el último día, y un día de estos.
Ana cree que el mundo es enorme pero no lo bastante
A Ana le engañan diciendo si te vas no tardaré en encontrarte
Ana no tiene claro partir de cuando todo se volvió negro
Pero él dijo un día antes muerta que viva, con otro ni en sueños
O cuando escupía diciendo tu vida será puro miedo
Abrir las alas y volar dejarlo todo sin hacer
y largarse pronto con lo puesto
Quién quiere ver lo que Ana ve una noche otra también
La vida es bella pero quién quiere ver lo que Ana ve
Y dónde puedes ir cuando tú sabes bien que irá por ti
Como vas a gritar si sabes que nadie te escuchará
Todos dirán vaya exageración no será tanto no
Mientras esculpe a golpe de puño su nombre en tus huesos
Mientras te tapa la boca y te aplasta un cigarro en el pecho
Abrir las alas y volar dejarlo todo sin hacer
y largarse pronto con lo puesto
Quién quiere ver lo que Ana ve una noche otra también
La vida es bella pero quién quiere ver lo que Ana ve
Abrir las alas y volar dejarlo todo sin hacer
y largarse pronto con lo puesto
Quién quiere ver lo que Ana ve una noche otra también
La vida es bella pero quién quiere ver lo que Ana ve
Recuerda que dijo antes muerta que viva
Con otro ni en sueños
O cuando escupía a golpe puño
Su nombre en tus huesos
Abrir los brazos y volar dejarlo todo sin hacer
Y largarse pronto con lo puesto
Quién quiere ver lo que Ana ve, una noche otra también
La vida es bella pero quién quiere ver lo que Ana ve
Abrir las alas y volar dejarlo todo sin hacer
y largarse pronto con lo puesto
Quién quiere ver lo que Ana ve una noche otra también
La vida es bella pero quién quiere ver lo que Ana ve.
Aquí va mi pequeño homenaje, a una persona de esas que inspiran, motivan y hacen que intentemos superarnos.
Y otro de regalo, aunque muchos ya lo habréis visto. Yo lo descubrí a través de un correo hace ya tiempo y me alegro de que ahora cobre la dimensión que se merece.
Si bien en mis anteriores entradas relacionadas con el egoísmo, critiqué duramente ciertas actitudes y comportamientos apreciados en el entorno que me rodea, hoy traigo una noticia que me dejó realmente impresionado.
Una chica mexicana de 32 años iba caminando por la calle de su pueblo, cuando notó una explosión y un impacto en su cara. La llevaron al hospital y descubrieron que tenía parte de una granada incrustada, sin explotar.
Está claro que lo que me produce una gran sorpresa, no es el impacto, la cicatriz con la que convivirá de por vida o que ocurran estas cosas en un día normal y corriente. Lo que más me ha llamado la atención es el valor, la generosidad y el compromiso del equipo médico que decidió operarla.
Existía un gran riesgo de que el artefacto explotase al manipularlo y los trajes antibombas propuestos por el ejército no facilitaban la labor de los cirujanos y equipo médico, ante lo cual decidieron operarla sin ellos.
El riesgo es evidente, ya que de explotar, todo lo que se encontrase en un radio de 10 metros....adiós muy buenas... y a pesar de ello, pesó mucho más salvar la vida de la paciente.
Es digno de admirar lo que han hecho... esta mujer estaba deshauciada y le salvaron la vida. Seguro que tenían miedo, no lo dudo en ningún momento, pero seguro que alguno de ellos, incluso la mayoría, ni siquiera lo dudo un instante.
Dejo con esta entrada mi granito de arena, ya que no quiero que estos héroes caigan en el olvido.
Tengo un hermano, que en realidad no lo es. En realidad
somos primos… aunque no lo seamos.
Nuestras abuelas eran primas, lo cual nos deja a nosotros en
un lugar lejano, dentro del parentesco, pero… somos hermanos.
Lo quiero con locura, porque es muy especial. Porque siempre
lo ha sido y porque estoy convencido de que siempre lo será.
La vida nos ha ido separando un poco con el paso del tiempo,
algo que por otra parte es normal y pasa mucho. Pero siempre nos vuelve a
acercar de vez en cuando y es como si el tiempo no hubiese pasado.
Es una persona muy especial, siempre con una sonrisa en la
boca, independientemente del estado de ánimo o las dificultades que esté
afrontando en ese momento. Ahora mismo las dificultades son a nivel laboral,
pero su sonrisa siempre permanece intacta.
Es capaz de decirte muchas cosas, sin ni siquiera pronunciar
una palabra. Es un pilar estable, que siempre está ahí para todo el mundo, que
siempre levanta la mano el primero y no puedo más que agradecer que me
considere su mejor amigo.
Nuestra vida está llena de anécdotas juntos. Hemos vivido
muchas cosas a lo largo de los años y recordarlas de vez en cuando, te hace
darte cuenta de lo especial que es esta relación, de lo mucho que nos une.
Es la única persona que sigue en mi vida desde que éramos
unos críos, que ha vivido a mi lado cada momento de mi vida. Es la primera
persona que me viene a la cabeza cuando hablo de la amistad.
Nuestros primeros amores: Recuerdo cuando tenía unos 11 o 12
años y estaba en su casa escribiendo una carta de amor a una chica que había
conocido. También lo tontorrón que se puso cuando le gustó una chica por
primera vez y las ganas que siempre tuvo de tener novia.
La primera salidas.- Nunca olvidaré la primera vez que le
dejaron salir de fiesta hasta tarde… los bailes a lo Carlton, la mirada de
ilusión en su rostro.
El fútbol.- La cantidad de fines de semana, de
entrenamientos, de partidos, victorias y derrotas. Los torneos de fútbol sala
en verano, toda la madrugada.
Los desastres amorosos.- Siempre estuvimos ahí el uno para
el otro, por más que las cosas del corazón nos diesen la espalda de vez en
cuando.
El primer coche.- Buf, lo que disfrutamos con aquel Ford
Fiesta. Debería haber una ley que obligase a conservar el primer coche, como
símbolo del paso a la madurez.
El primer trabajo, la universidad, el paso a la edad adulta,
los problemas de “mayores”… incluso el matrimonio, cuando decidió dar el paso….
Le quiero mucho, muchísimo. Hay lazos que son tan fuertes
como los de la sangre, o más…
Es mi hermano y siempre estaremos juntos, aunque nos separe
un millón de kilómetreos de distancia.
Feliz cumpleaños amigo, primo, hermano.
Hay muchísimas canciones que podría poner aquí, pero sin ser la más maravillosa, ni la que más recuerdos nos puede traer, dice cosas con tanto significado... que es la que mejor expresa lo que eres para mi.