17 ago 2010

La arena nos hace iguales

Tirado en la toalla, después de salir de un buen baño, secándome al sol con los ojos cerrados y mientras escucho el sonido de las olas al morir en la arena, las múltiples conversaciones de aquellos que están en la cercanía de mi trozo de arena y mientras noto cómo mi piel se va calentando poco a poco, mientras saboreo la sal que ha quedado en mis labios… sin duda uno de mis momentos favoritos.

Mientras disfruto de estos momentos tan especiales, me incorporo en la toalla y veo alrededor. Es una playa más grande que a la que suelo ir, hay bastante gente, se nota que es sábado y mucha de ella está paseando por la orilla, conversando sobre lo humano y lo divino y sobre vete tú a saber qué.

Viendo a toda esa gente, caminando por la orilla o bien tirados en su toalla, caigo en que todos son iguales. Todos somos iguales.

En bañador o bikini, no hay diferencias entre nosotros, más que las físicas.

Se entremezclan abogados con parados, médicos con panaderos, notarios con mecánicos, estudiantes con profesores… pero a simple vista no se distinguen, todos somos iguales.

Me gusta que la playa nos iguale, elimine las diferencias sociales y nos deje a todos al mismo nivel. Después cada uno se pondrá su ropa de calle, se irá en su coche, que alguno será muy caro, otro será de decimoquinta mano; volverán a sus casas, unas de alquiler, otras serán unos tremendos chalets con 15 baños; unos cenarán en casa las sobras de la comida de mediodía, otros se irán a cenar a un lujoso restaurante costero, pero en la arena… todos somos iguales.

Si en la playa cobrasen entrada, todo sería distinto. Las habría exclusivas, con un precio prohibitivo para que sólo las clases pudientes entrasen. Las habría low cost, para aquellos que buscan el paquete económico y las habría gratuitas, en dónde se refrescaría el pueblo llano o aquellos que no tienen recursos… afortunadamente las cosas no son así y todos, absolutamente todos, tenemos derecho a bañarnos, a nadar, a tostarnos al sol o disfrutar de la lectura debajo de una sombrilla, sin pensar en nuestra condición social, sin darnos cuenta de si el que está al lado leyendo el periódico es un dentista o un desempleado, sin que nadie sea más que nadie, sin que unos estén por encima de otros.

Qué mundo tan distinto sería aquel en el que todos tuviésemos que ir desnudos, sin que por nuestra forma de vestir o por el tipo de prendas que usásemos, nos etiquetaran. Nuestra vestimenta nos clasifica, muestra al exterior mucho de nuestra personalidad, de nuestros gustos, de nuestro trabajo, de nuestras posibilidades económicas… desnudos, eso no existiría. Por eso la playa es un lugar especial, en el cual nos despojamos de muchas de nuestras etiquetas y nos diluimos entre el resto de la gente.

Me gusta la playa, me encanta, allí en dónde todos somos iguales.

10 comentarios:

Lunhya dijo...

Está chula la entrada. Aunque luego ves peinados, maquillajes, joyas, estilo de bañador.. etc que dice cosas de la persona, jaj

saludos

Regalp dijo...

Gracias Lunhya,
es cierto que mientras haya un mínimo de vestuario, cada uno le puede dar su toque. Incluso con los tatuajes que lleva cada persona se puede adivinar mucho de su personalidad.

Bicos

AdP dijo...

Buena observación. Por lo que he podido ver, esa equiparación entre clases se da siempre que existe algún tipo de uniformidad en la vestimenta o, claro está, una ausencia de ella.

Saludos.

Laque dijo...

Una reflexión muy acertada en la que no había pensado.

Besos.

teresweetstyle dijo...

desde luego k si! la playa hace k todos volvamos a lo k somos: iguales! me ha encantado esta entrada!

volvere pronto por tu blog, me ha gustado mucho tambien! :P

besines desde http://www.sweetstyleblog.com/

Regalp dijo...

Bienvenido AdP, es justo lo que dices, a todos los iguala la uniformidad en la vestimenta o la ausencia de la misma.

Saludos

Regalp dijo...

Hola Laque, si este fin de semana vas a la playita, mientras estés dando un paseo por la orilla, fíjate en la marabunta de gente y a ver si a simple vista eres capaz de catalogar a la gente... complicado, sólo serán conjeturas.

Bicos

Regalp dijo...

Bienvenida Tere,
gracias por tus palabras. Sí que somos todos iguales, en lo básico.

Saludos

Perla N. dijo...

Siendo de costa y que nunca me haya dado por pensar en esto... una buenísima reflexión, Regalp.

Pero se nota que somos del norte, aquí no existen esos chiringuitos playeros tan exclusivos donde corre el champagne y que tanto se llevan por otra zonas (no hay más que ver programas como Ola, ola, Arena Mix y similares). Menos mal porque ahí sí se ve la diferencia.

Y menos mal que la playa sigue siendo gratis. Es de las pocas cosas de las que podrán disfrutar algunos este año.

Regalp dijo...

Perla, tal y como dices, por aquí no hay chiringuitos exclusivos ni chorradas varias, menos mal.

Aquí disfrutamos de la playa todo el año... para dar un paseo en otoño, para ver romper las olas con fuerza en invierno, para desear los primeros rayos de sol en primavera, para celebrar San Juan y cómo no, para disfrutar del verano.... y es para todos, absolutamente.

Bicos