22 dic 2009

Navidad














Luces, adornos, villancicos, “Qué bello es vivir”, “All I want for christmas is you”, imágenes nevadas en las noticias, el champán de algunos afortunados millonarios, los festivales de fin de curso, las caras de los niños, el corte inglés, los regalos, las sorpresas, la familia, los amigos, la nostalgia, la ilusión… eso es la navidad.

De pequeño deseaba que llegase, era lo que había en el punto de mira una vez entrados en el otoño. Recuerdo que siendo muy niño, contaba los árboles de navidad alumbrados que veía de camino a Vigo, iluminándose mi cara cada vez que veía alguno a través del cristal.

Más adelante, se fue perdiendo parte de ilusión, o más bien, se fue transformando. Lo que significaba la navidad, era fiesta con los amigos y vacaciones.

En el ’97, qué gran año (algún día le dedicaré una entrada), volvió a entrar en mi con todo su esplendor, fue un tsunami de emociones, unas preciosas y otras horribles. El espíritu de las navidades había vuelto para quedarse.

Ya ha llovido mucho desde entonces y tengo recuerdos realmente maravillosos de las siguientes navidades, pero ahora se han convertido en el espíritu de las navidades pasadas y lo que provocan en mi es justo lo contrario de lo que hacían.

Hoy me siento un poco triste. A medida que se van acercando, un sentimiento de nostalgia y de tristeza me invade y no soy capaz de quitármelo de encima. En estas fechas todo te obliga a recordar, a pensar en toda esa gente que ya no está a tu lado, en las cosas que compartías con ellos cuando formaban parte de tu vida y eso… es triste. Debería de ser bonito, el tener recuerdos tan buenos, pero la sonrisa que te provocan se parece más a una mueca que a un signo de felicidad. Para una persona nostálgica como yo, en esta época se notan más los vacíos que hay en tu vida, esos huecos que van quedando con el paso de los años.

Supongo que llegarán muchas navidades más a mi vida y espero que lo que provoquen en mi, se parezca más a lo que me hacían sentir antes, que a lo que me hacen sentir ahora, pero mientras tanto sólo quiero que pasen rápido y que se lleven este sensación de soledad tan horrible que me hace estar así.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mi las navidades y su espíritu se perdieron hace cuatro años y las de hace cinco que aún podían ser un poco entrañables comenzó mi calvario.
Que añoranzas cuando eres un crio, cuando tienes ese sentimiento de montaña rusa en el pecho cuando ves la cabalgata de los reyes magos y te acostabas temprano y ni siquiera te levantabas a baño por si te pillaban despierto!!!!!
Me encantaba la noche buena porque nos reuniamos toda la familia a cenar y disfrutabamos de nuestras compañias y compartiamos en un solo momento tantas conversaciones , tantos sentimientos, tanta familiaridad!!!!
Ahora mismo , me producen tristeza aunque cada año me afano por empaparme de ese espirit o ese olor del qeu hablas pero nunca llegó más´allá de mi laringe.
Como tu espero que algún dia esto cambie y creo que secuando será y será el dia que tengamos hijos , volvera la ilusion y la pérdidas y huecos familiares se veran suplidos por esas pequeñas criaturas que si disfrutan y que si adornan con sus sonrisas e ilusión la navidad. Bikos.

Regalp dijo...

Los niños traen mucha alegría, eso está claro. Yo nunca podré olvidar la cara de mi hermano una mañana de reyes, cuando totalmente fuera de si desenvolvía los regalos y sus ojos volaban de uno a otro, totalmente extasiado. La alegría que vi aquel día me emocionó hasta límites insospechados.
Supongo que eso es lo que te provocan los hijos, aunque a mi todavía me quedan demasiado lejos si es que algún día aparecen en mi vida.