12 feb 2013

Y van 100

Hace casi 4 años que decidí abrir mi ventana y mostrar sus vistas a todos los que quisieran visitarme. Esta es la entrada número 100 y el balance es positivo, ya que aquí sigo.

He pasado por altibajos, momentos de más intensidad y momentos de poca inspiración. La media refleja unas dos entradas al mes, lo cual no está mal, aunque me gustaría que fuese un poco más. No he querido escribir por escribir, contando cosas insustanciales, sino que mi intención siempre ha sido la de escribir de cosas que pudiesen resultar interesantes a quien las leyese.

Durante este tiempo, habéis sido fieles, en términos generales. Los que en algún momento habéis pasado por aquí, soléis volver y eso lo valoro mucho. También algunos de vosotros habéis pasado por altibajos, con idas y vueltas a este mundo, pero finalmente ahí estáis.

Aquí he hablado del mundo que yo veo, de lo que a veces siento, aunque nunca me he mostrado del todo. Los que sepan leer entre líneas, me habrán empezado a conocer, poco a poco. He hablado del pasado, de la nostalgia, de la amistad, del amor, de política... aunque poco, de actualidad y también ha habido parte de crítica social. Y así seguirá siendo.

Estos días, en los que también yo cumplo años, estoy un poco más trascendental de lo habitual, más nostálgico que de costumbre y tengo sensaciones encontradas. Estoy a medio camino de muchas cosas, o a medio camino de ningún sitio. Puede que pronto haya grandes cambios en mi vida, como es posible que todo siga igual, quién sabe....En estos 4 años muchas cosas han cambiado y otras muchas han seguido igual.

Lo que sí me gustaría, es seguir pudiendo abrir mi ventana, asomarme y ser capaz de transmitir en este rincón todo lo que entre por mis ojos, todo lo que llegue a mi cerebro y a lo que late dentro del pecho.

Gracias por seguir ahí.

8 feb 2013

El sueño de una noche de junio

Han pasado...buff, 11 o 12 años. La prueba de que uno se hace mayor es que le cuesta recordar, cada vez más, si las cosas pasaron en un año o en otro. Yo siempre he sido muy bueno para esas cosas y, sin embargo, todo empieza a hacerse borroso y a mezclar años.

Pues eso, hace ya más de 10 años, en una noche de junio, después de un día de tormentas veraniegas, fui por primera vez a un concierto de Los Secretos. Habían pasado dos o tres años del fallecimiento de Enrique Urquijo y la sensación que daba, es de que ese grupo se iría muriendo poco a poco, como todos aquellos que pierden a su vocalista y seña de identidad inconfundible. En este caso no podría ser más erróneo pensar eso.

Recuerdo que eran las fiestas grandes de la ciudad en la que estudiaba y todos los años había una buena oferta de conciertos gratuitos, además de alguno de pago, que solía ser para los artistas más de moda en ese momento. Los Secretos, en ese momento, digamos que era un concierto de relleno en medio de otros con mucho más caché.

Recuerdo que llegamos cuando el sol ya se acostaba en el horizonte y al ser al aire libre, después de un día de tormentas, llegaba un olor a tierra mojada que llenaba los pulmones. El verano estaba ya en su comienzo y la temperatura era agradable, una noche ideal para escuchar buena música. Llegamos pronto, los suficiente como para estar en la parte de delante, a pocos metros del escenario. No hubo un gran aforo ese día, no creo que hubiese más de 1.500 personas.

Álvaro Urquijo, además de guitarrista, tiene una voz más acogedora, más cálida y dulce que la de su hermano. Quizás no tenga ese noto nostálgico, tan roto, como la que tenía Enrique, ese lamento que impregnaba sus canciones, pero sin duda tiene una voz preciosa, desde la que los temas de siempre toman una dulzura, que les hace ser distintos. Dentro de unos días, Enrique cumpliría 53 años, pero apenas pudo llegar a los 39.

En aquellas 2 horas de concierto, hicieron un repaso a los grandes temas de siempre. "Amiga mala suerte", "Qué solo estás", "Déjame", "La calle del olvido", "Cambio de planes"...Desprendían un buen rollo increíble y contaban anécdotas de su ya larga carrera. Desde allí abajo, en los comienzos de mi veintena, veía como unos amigos que ya rozaban la cuarentena, homenajeaban a su líder ausente. Unos amigos que siendo adolescentes formaron un grupo y más de veinte años después, ya con sus familias, con muchos kilómetros en la mochila, seguían desprendiendo ilusión y buen rollo. Esa noche de junio, me enamoré de ellos.

A mi ya me gustaban sus canciones, tenía un par de cd e incluso algún cassette grabado, que habían sonado muchas veces en mi discman, pero descubrirlos en directo fue increíble, me ganaron para siempre.

Su despedida, cantando a capella, "sobre un vidrio mojado", resultó ser el broche de oro a una noche mágica, que años después sigue en mi memoria y me arranca una sonrisa (he encontrado un vídeo en el que hacen lo mismo como despedida, en Oviedo).


Hace un par de años, volví a un concierto suyo, también en verano, pero no hubo el mismo encanto, no hubo la misma magia. Puede ser porque hubiese muchas más que esas 1.500 personas, puede que yo ya no fuese aquel veinteañero, quién sabe...Lo que está claro es que aquella noche de junio de 2001 o 2002 es uno de los recuerdos que siempre llevaré en la mochila.


1 feb 2013

Grey y sus sombras

Soy un ávido lector desde que era un adolescente, si bien en los últimos años, desde que empecé a trabajar, disminuyó el ritmo de lectura. No soy demasiado exigente, sólo busco algo que me entretenga y que me haga volar con la mente durante el tiempo que estoy leyendo. He pasado de los Best Sellers típicos a biografías de políticos, de Saramago a Follet, de Dan Brown a Churchil...Afortunadamente hace unos meses hice una compra de las que más satisfecho estoy, un Kindle. Desde entonces me resulta más sencillo leer en los ratos libres, ya que me lo llevo a todas partes. En principio no era muy partidario de estos aparatos, puesto que los libros en papel siguen teniendo mucho encanto para mi, pero finalmente no puedo hacer otra cosa que no sea hablar maravillas de mi ebook.

Una vez hecha la introducción, vamos al tema en cuestión... Al igual que hace un par de años con Stieg Larsson, este verano ha existido un boom tremendo con las "Sombras de Grey" y después de tanto "hype", irremediablemente caí en sus garras.

No tenía ningún prejuicio sobre la obra y nadie de mis conocidos la había leído, así que llegué bastante "virgen" al texto, sin ningún conocimiento más allá  de la sinopsis pública. Ahora mismo resulta difícil encontrar a alguien, sobre todo del género femenino, que no haya leído las maravillas de Christian Grey y lo cierto es que me resulta sorprendente.

Reconozco que llego a esta entrada sin haberlo acabado. Me leí los dos primeros del tirón, pero entre el segundo y el tercero me leí dos o tres libros distintos... estaba un poco cansado de siempre lo mismo. Ahora mismo voy por la mitad del tercero y lo cierto es que estoy deseando llegar al final, no por la intriga que me supone el mismo, sino porque quiero quitármelo de encima.

Es plano, en dónde se repiten una y otra vez las narraciones sobre encuentros sexuales, que sinceramente ya no aportan mucho a la historia. Llega un momento en que aburre tanto sexo y sin embargo, a las chicas les encanta. "Unos llevan la fama...."

El caso es que, y por eso llega esto a mi ventana, no entiendo la adoración del mundo femenino por este personaje. Me resulta chocante. Entiendo que se lo imaginen tal y como es descrito en las novelas, como un joven treméndamente guapo, rico, exitoso, etc, etc, la perfección a simple vista.

Sin embargo, este personaje que a simple vista tiene que resultar extraordinario, es un machista asfixiante, dominante, celoso, controlador y un poco psicópata. No entro a valorar sus juegos sexuales, puesto que cada uno en su cama es dueño de lo que hace, sea masoquista, pasivo, guerrero, pasional o todo lo contrario a lo anterior. Todos somos libres para marcar nuestros límites, esa no es la cuestión. Para mi lo extraño del asunto, es que haya tantos comentarios acerca de lo maravilloso que resulta este chico "adorable y romántico"... Acaso a una chica de hoy en día, le gustaría que su pareja la controlase así?, que tuviese que autorizar lo que hace o deja de hacer?, que prohibiese ropa de su vestuario?, etc, etc... yo no querría a un personaje así para mi hija, mi hermana o mi amiga... por muy rico, romántico y atento que pudiese ser el resto del tiempo.

Supongo que mi punto de vista será criticado y que creará polémica, pero sinceramente creo que una personalidad como la del protagonista, no es digna de elogio, no me parece normal que cree tantas pasiones, no lo entiendo....

Lo triste del asunto, es que haya gente que llegue al mundo de la lectura, a través de este tipo de sagas, cuando existen muchos otros libros que tienen mucho más contenido y por no tener una expectación tan grande detrás, pasan de largo para casi todos. Parece que nadie puede resistirse a leer las cosas "de moda", para después dejar el mundo de la lectura otra vez en el olvido.

Hay cosas que a veces me cuesta entender...