Hace un año por estas fechas volví de Madrid, para regresar a "miña terra galega". La verdad es que me costó la vuelta, mucho, más de lo que cualquier cambio de residencia anterior. No era solamente por volver, había muchas más cosas en aquel momento que rondaban por mi vida, provocando la mayor época de inestabilidad que he vivido.
Afortunadamente las cosas parecieron ir volviendo a retomar su sitio, unas para mejor, otras quizás no tanto e incluso algunas, para simplemente volver a dónde estaban. Un año después he vuelto a Madrid.
Apenas estuve unas horas, pero fueron suficientes para refrescar en mi sensaciones que había dejado atrás, recuerdos de lo vivido y también, curiosamente, de lo no vivido.
Para mi Madrid significa muchas cosas, de todo tipo. Viví grandes expectativas, pero también grandes decepciones, me sentí muy bien en muchos momentos, pero en otros creí tocar fondo. Madrid siempre será para mi algo muy bueno, pero muy extraño a la vez, ya que allí gané muchas cosas, pero perdí otras de más valor.
Un año después, sus calles siguen igual, su olor, sus rascacielos, su "impersonalidad", su anonimato, su vida, la verdad es que nunca me cansaré de caminar por sus calles, sin embargo, sé que nunca podré hacerlo sin pensar en ese tiempo que estuve allí, sin pensar en todas las cosas que íbamos a hacer y sin embargo se quedaron en el cajón, eso me hace un nudo en el estómago que será dificil que algún día desaparezca. Me queda el sabor amargo de no haber hecho todo lo que íbamos a hacer y, a la vez, la sensación de que ya es tarde para hacerlo, la sensación de que Madrid siempre será un lugar a medias para mi.
Ahora toca cambiar otra vez, en unas semanas toca mudanza y toca, probablemente, un nuevo cambio de sensaciones, de vivencias. Si sigo en dónde estoy, probablemente el cambio sea muy sutil, pero si decido irme a vivir a Vigo, el cambio sea más profundo. Los que me conocéis sabéis perfectamente que me gustan las ciudades, con su vida, su gente por las calles y es probable que me sintiése mejor allí. Aún así, hay cierto temor dentro de mi, a volver a vivir esas sensaciones de vivir las cosas a medias. De todos los planes que monté en mi cabeza hace un año por estas fechas, no son muchos los que se han cumplido, siempre me fijo metas, pero el no llegar a todas provoca esa sensación de estar incompleto.
Espero que estas sensaciones que me asaltan a veces, desaparezcan algún día y de ese modo, pueda disfrutrar de los logros conseguidos, en lugar de lamentar aquellos que no se alcanzan.
"Me acuerdo de ti, camino de Madrid..."
2 comentarios:
Ir y venir es el sino de muchas pesonas inconformistas y luchadoras. La sensación de vacío o de haber podido hacerlo mejor, va dentro de esa misma inconformidad.
Aprender a vivir con ella no sería propio de alguien que cuestiona hasta el último sentimiento.
Superar esas sensaciones, creo que sería un trabajo duro pero reconfortante.
Es posible Ainara, supongo que va dentro de la esencia de cada uno el afrontar las cosas de una u otra forma y a mi... me toca ser un poco inconformista y perfeccionista. Tiene sus partes malas, pero a veces también tiene sus grandes satisfacciones.
Aún así, de tarde en tarde, me gustaría dejarme llevar un poco más y no darle tantas vueltas a todo, no cuestionarlo o controlarlo como suelo hacer, dejar de ser por una vez Don Correcto o Don Perfecto.
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