Cómo me gustan las tardes de viernes... todo es más distendido, la gente tiene otro humor y parece que el mundo va a otra velocidad.
Es tiempo para conversaciones más auténticas, más relajadas, para tomarse un respiro después de finalizar la semana, lo que queda por delante es ocio y descanso, una perspectiva de dos días por delante para dejarse llevar. El sábado se va en un vuelo y el domingo... es agonizante, con el estilete sobre nuestras cabezas, amenazando con una nueva mañana de lunes, somnolienta y perezosa.
En estas tardes de viernes, en estas charlas más relajadas, aprecias todo con más detalle, son charlas en las que se mira más a los ojos, se escucha más a la otra persona y un café con un cigarro saben mucho mejor. Es en estos días cuando me doy cuenta de lo mucho que me gusta una buena charla, sin prisas, con contenido, dejando que el tiempo te atrape, intercambiando opiniones, puntos de vista, reflexiones, en definitiva, arreglando el mundo.
Creo que es cómo si en estas tardes todos dejásemos un poco de lado, nuestra parte individualista y nos sintiésemos más sociales, miembros de algo más allá de nuestras narices, eso me gusta, me atrae, une y eso gratifica, ya que uno se siente mejor.
A todo esto hay que sumarle algo significativo, el verano. Si una tarde de viernes me encanta, sumándolo a las noches de verano, con su olor tan especial, con ese calor en la piel, con el ambiente de las terrazas, realmente es algo que sana el espíritu. Me gusta que los lugares tengan vida, que las calles tengan gente y las terrazas estén llenas. Por eso me encantaba ir a Callao, a Gran Vía, o la puerta del Sol los viernes, por la vida que se respiraba en las calles, sin embargo, las noches de verano en Galicia tienen algo especial y es su olor, olor a naturaleza, a niñez, a vacaciones, a trasnochar, a los primeros amores, es algo especial, muy especial.
Sin duda estas primeras noches de calor de la primavera, son el momento que más me gusta de todo el año, porque al igual que los viernes con respecto al fin de semana, anticipan lo que está por llegar... el sonido de mar......... la piel cálida después de un día de playa........ su aroma después de acariciarlas de crema solar.....el fresco corriendo entre nuestros pies desnudos.......
Hoy es viernes y por unos instantes me he transportado a otro tiempo y he evocado sensaciones que empiezan a cobrar sentido en esta época del año, es algo que no cambia año a año y ojalá que siga siendo así.
Cómo diría ese personajillo tan especial, "ya huele a verano"
1 comentario:
mmm, e cheira que arrecende. os venres non son raros, porque son o principio doutra cousa. son intensos, como as carreiras en bici cando o barrio tiña as paredes pintadas.
garda un venres para min. prometo levarche un poema.
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