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5 oct 2016

Y la vida cambió.....

Lo cierto es que no sé ni por dónde empezar, han pasado más de 2 años ya...

Mi vida ha cambiado, sin duda para bien. Es increíble echar un vistazo hacia atrás y darte cuenta de lo diferente que es tu vida con respecto a lo que era hace apenas 2 años. Pero a grandes rasgos, mi vida es mejor ahora.

Profesionalmente me siento establecido. No estabilizado, porque los comienzos en esta profesión son duros. Cuesta encontrar una entrada de ingresos constante en el tiempo, pero poco a poco las cosas van saliendo y sobre todo, poco a poco me voy sintiendo más seguro y preparado.

Personalmente ha habido grandes cambios, enormes.

He cambiado de residencia, de pareja y de forma de ver y valorar la vida.

Uno no es consciente, hasta que no ha pasado un tiempo desde que se cambia de rumbo, de las dinámicas en las que se está atrapado, como en una espiral infinita de la que no es posible salir, básicamente porque no se es consciente de esa situación.

No era yo, era un fantasma. Atrapado en una vida gris, sin darme cuenta de ello. Había perdido mi esencia, mi yo. Lo peor no era lo gris en que se había convertido todo, sino el no darme cuenta de ello o incluso el saber inconscientemente que algo no iba bien, pero compensaba dejarse ir.

Cierto que no todo era negativo, la verdad es que había momentos bonitos, como islas en medio del océano, que aparentaban compensar todo lo demás. Afortunadamente supe tomar el barco a tierra y volver al continente a tiempo.

Hace unos meses todo cambió, todo recobró el color, las cosas empezaron a volver a su sitio y como consecuencia de ese reencuentro conmigo mismo, apareció ELLA. Ella le ha dado sentido a todo ese cambio, ha recogido el fruto de la metamorfosis sufrida, sabiendo ver más allá. Sin necesidad de explicaciones, sólo con una mirada ya me conocía.

La vida ha empezado a transcurrir por donde debía, encajando de nuevo la vía que había descarrilado tiempo atrás.

Hace ya un tiempo que se abre un futuro prometedor, ilusionante y definitivo a través de este presente tan especial. Esta vez sí. En cuanto cruzamos las miradas, yo sabía que sí, que todo tenía sentido, quizás más tarde de lo esperado, pero al fin llegaba lo que añoraba desde siempre.

La echaba de menos antes de conocerla y de eso me di cuenta la misma noche que compartimos confidencias por primera vez. Era como releer un libro ya conocido. Así ha sido desde ese momento. Lo sorprendente fue la facilidad para encajar, como si fuésemos piezas del mismo puzzle, que después de años separadas en cajas distintas en el desván, al fin vuelven a ponerse sobre el mismo tapete y unirse formando una imagen hermosa, que por separado apenas se podía adivinar.

Y mientras todos los planes de futuro, van convirtiéndose en presente, sólo espero que la vida, que en otras ocasiones trajo sinsabores y erróneas decisiones, sume en este camino y nos deje ser nosotros mismos durante todo el tiempo posible. Mientras tanto, nosotros trataremos de no meter la pata y no hacer difícil lo que está resultando tan fácil.

No sé cuándo volveré a asomarme a esta mi ventana, pero estoy seguro de que será para contar las cosas bonitas que me seguirán pasando, desde que todo cambió aquella noche de enero de 2016.

Sed felices, yo estoy en ello.


16 may 2011

Tardes de domingo

Hace tiempo escribí una entrada sobre los viernes, sobre lo mucho que me gustan y como son capaces de generarme sensaciones positivas.

Hoy escribo sobre los domingos, sobre lo que han ido cambiando para mí en el tiempo.

Cuando era un crío, los domingos eran un día especial porque era el día en el que nos tirábamos la tarde entera jugando, nos poníamos más guapos, con la ropa más nueva, etc

El tiempo fue pasando y uno se convirtió en adolescente, con las hormonas revueltas, cómo no! Y existían esas primeras salidas de fiesta, los domingos por la tarde. Era muy joven todavía para salir los sábados por la noche, por eso los domingos se convertían en ese momento en el que sentirse mayor. Los primeros escarceos amorosos, los primeros besos, los primeros roces…
Esas tardes eran increíbles y el tiempo se pasaba volando. Cada vez más, fueron perdiendo su carácter especial, puesto que aparecieron las noches de los sábados.

Esas tardes de domingo pronto se convirtieron en tardes de fútbol, en tardes de ir a jugar, domingo tras domingo, durante 10 años.

Durante mi época de universidad, las tardes de fútbol acababan preparando la maleta para irse a otra ciudad, para coger el tren con el resto de estudiantes e irse a la universidad. Así domingo tras domingo.
Por la mañana dormía, por la tarde iba a jugar y por al caer la noche me iba a mi “piso de estudiante”, así durante 6 años. Años fantásticos que ya han quedado atrás.

Yo creo que el domingo y las distintas cosas que haces en cada momento de tu vida, son un reflejo de lo que te va cambiando todo a lo largo de los años. Primero con los amigos, después con la pareja, después con la pareja y los niños, etc

Ayer fue un domingo tranquilo, de turismo “rural”, visitando lugares del entorno, que siempre han estado ahí, pero a los que no se suele ir. Es una etapa distinta de la vida.
Las personas que por allí estaban, habrán tenido sus otros domingos, pero ayer coincidimos en el mismo sitio y quizás con el mismo perfil, en la misma etapa de nuestro camino.

Mientras tanto, en otros lugares, habrá adolescentes descubriendo el amor, chicos jugando al fútbol y parejas cogidas de la mano paseando por un parque….